Después de haber existido muchas variedades, actualmente solo existen tres, henequén blanco, verde y jabalí. El cultivo del blanco que es la variedad más común, se desarrolla de forma natural, ya que no se usan fertilizantes ni pesticidas durante su ciclo vegetativo. La densidad de siembra va de 2,700 a 3,150 plantas por hectárea. Después de una espera, 4 a 6 años posteriores a la siembra, la planta ensaya producción.
Su producción no es costosa, y es aprovechada integralmente, debido a sus múltiples usos. El principal consumo es industrial, en la fabricación de cuerdas, sogas, sacos, hilos, etc. También se utiliza para la elaboración de artesanías como alfombras, tapices, tapetes y hamacas. A partir de él se pueden también elaborar bebidas alcohólicas y recientemente se está estudiando su posible uso para la fabricación de etanol. Asimismo, del henequén puede extraerse pasta de papel, abono, biogás, la pulpa procedente del desfibrado puede servir como alimento de ganado, pueden extraerse ceras para uso industrial y hecogenina, que es un producto básico para diferentes fármacos de gran demanda mundial. El jugo de henequén puede usarse también como biodetergente para el fregado y lavado, y como emulsionante para combustibles.