Desde tiempos precolombinos, a la fruta de la huaya se le ha atribuido propiedades inmunológicas, y se cree que combate problemas asociados a la entrada de bacterias y virus en el organismo. Además, los ácidos que posee el fruto han sido relacionados con beneficios para las mujeres embarazadas, contribuyendo en la producción de proteínas e incrementando las defensas para el feto.
Contribuye a proteger los epitelios frente a factores perjudiciales, como lo son el consumo de tabaco (si bien no revierte los daños causados por el tabaquismo). Además, ha sido relacionado con evitar el malestar de los riñones.
La fruta es una importante fuente de nutrientes, como hierro, fósforo, vitamina B1, B3, B6, B12 y C, con lo cual podría tener un papel beneficioso para combatir afecciones urinarias y bronquiales, como fiebre y resfriados. Su consumo frecuente puede suponer una importante fuente de vitaminas , además de minerales, aminoácidos esenciales y ácidos grasos insaturados como oleico y linoleico.